sábado, 25 de julio de 2015

Cuéntame al oído.

Si pudiera volver a nacer te vería cada día amanecer sonriendo como cada vez, como aquella vez.

Tú serás el tiempo y el lugar de un verano nada peculiar.

En pleno amanecer de mi desilusión tú me pellizcaste el corazón, como imaginar que ibas a curar mis penas.

Quédate conmigo y mi suspiro será el único testigo que se vestirá de fiesta, quédate conmigo en esta avisar porque solo tú me puedes enseñar.

Tienes ese don de dar tranquilidad, de saber escuchar, de envolverme en paz. Tienes la virtud de hacerme olvidar el miedo que me da mirar la oscuridad. Solamente tu lo puedes entender y solamente tú te lo podrás creer.

Escapando una noche de un bostezo de sol me pediste que te diera un beso. Con los baratos que salen mi amor, que te cuesta callarme con uno de esos.

Dibujé tu sonrisa junto a la mía,
me dormí con tu abrigo en el sofá.


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