lunes, 27 de enero de 2014

Salir de casa un viernes y regresar un domingo.

Me encaminé hacía la capital con la esperanza de pasar unos días entretenida y dejar atrás los días anteriores.
Hacer un balance de esos que me gustan tanto y pararme a pensar que no es posible que todo pase tan rápido.
Bueno, el viernes lo aproveché para ir a la Albertina que es un museo que ahora mismo tiene en exposición a Matisse y otros pintores/dibujantes principalmente de Europa y lo que engloba esa zona. Fue espectacular poder observar cada cuadro detenidamente, apenas había 5 personas por cada sala. Es un edificio que se encuentra detrás de la ópera y cerca del centro por eso me extrañó tanto que pudiera escuchar el silencio e incluso sentarme y preguntarme "¿Que quería expresar por aquel entonces?; Me encanta la técnica; ¿Y eso?".
Cada vez me sorprendía más y más de lo que estaba disfrutando con aquella decisión acertada. Estuve dentro 2 horas exprimiendo cada color, pincelada, dibujo, técnica...
Luego pasó lo típico que cuando sales del museo te encuentras con la tienda de recuerdos, esos que te cobran un ojo de la cara...  yo quería libros y más información pero al final me contuve y me quedé con un recuerdo de un lápiz del museo.
Si, yo y mi pasión o locura por los lápices de recuerdos. Las personas coleccionan postales, pequeñas miniaturas o vete tu a saber, pero yo colecciono lápices, facturas, entradas, todo lo que me parece interesante.
Después pasé por una librería y como no, no me iba a comprar un libro en este caso para mejorar mi alemán (compresión lectora B1), también quería uno de ejercicios de gramática pero me frené un poco ya que en febrero empiezo el B1 y con el tendré libros.
Había quedado con un chico para ir a tomar algo y con él vino un amigo suyo. Fuimos a una cervecería y allí pasamos un rato entretenido y ameno mezclando idiomas y chapurreando (español,inglés,alemán).
El sábado fue "familiar" y también entretenido.
El domingo me tocó volver a casa ya que no vivo en Viena sino en un pueblo. Me dio pereza salir y tener que andar, coger tren, coger bus y volver a andar, apenas me llevó 1 hora el trayecto pero a -10º creerme que no es apetecible aunque por lo menos la nieve lo hacía interesante.
Ahora con vuestro permiso voy a comerme la última semana de enero para empezar un estupendo febrero.


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