viernes, 21 de febrero de 2014

Lo que nosotros vemos un mundo ellos ven su forma de vida.

1º Descalzarse en casa ajena: Una de las costumbres más frecuentes es que te obligan a descalzarte según entras por la puerta.

Una de las principales razones por la que lo hacen es porque la mayoría tienen suelos de madera y para evitar que este se estropee o simplemente por no manchar cuando ha llovido/nevado.

Así que cómprate unos bonitos calcetines para sacarlos a relucir en tus citas más importantes ya que aquí se muestran antes los pies que otras cosas.

2º No tener persianas: Es una de las cosas que más me ha costado asimilar y que de vez en cuando reprocho o echo en falta de España. Pues normalmente los primeros rayos aparecen a las 07.00, entre semana está bien pues tienes que levantarte, pero los sábados y domingos esos rayos son el propio demonio.

Consejo : Cómprate un antifaz de esos que te cubren los ojos, por lo menos te aseguras dormir un par de horas más.

3º La intimidad: No te asustes si ves a tu vecino/a como dios le trajo al mundo pues aquí es tan normal. Más de la mitad de las personas no tienen ni cortinas. Tú estás en tu habitación y tienes que ponerte de tal forma para que no te vean cuando te cambias de ropa.

Anécdota: Un día me asomé por la ventana pues estaba nevando y de repente vi a la vecina tal cual desnuda paseando por la casa.

Consejo: Poner sábanas u otras telas ya que también hay muchas puertas de habitación que no tienen pestillo y son de cristal, ocasión apropiada para que vean tu cuerpo serrano.


4º Los saludos: ¿Dónde está la sangre española e incluso la italiana o latina? Se nota que por las venas de los austriacos no corre ese tipo de sangre. Cuando nosotros damos dos besos (presentaciones a gente, familiares, etc) ellos te dan simplemente la mano. Ahora que me paro a pensar, aún no he visto a la gente darse un abrazo como forma de saludo.

Anécdota : Un sábado había quedado con una amiga y esta estaba acompañada por una amiga suya, nos presentó y salió de manera espontánea mi mentalidad austriaca dándola la mano en señal de presentación en vez de dos besos. La chica se quedó cortada, la otra se reía y yo intenté disculparme como pude.



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