lunes, 8 de septiembre de 2014

Castilviejo, una fecha especial.

-Era algo rutinario, el día anterior se quedaba a una hora y en un lugar. Ya el día clave, 8 de septiembre, uno se preparaba el almuerzo (chorizo, queso, salchichón, pan, vino...), nos fundábamos nuestro mejor calzado y en marcha.
Más de un paseo dimos mi abuelo, mi tío y yo, mientras escuchaba con atención sus anécdotas, tal como "esos pinos los planté yo"...
Una vez que veías el ambiente tan bonito, sus puestos, las familias disfrutando, amigos con sus historias, te dejabas cautivar y recordabas los años anteriores.
Cuando ya era media mañana, misa tocaba. Después se almorzaba y unas almendras garrapiñadas se compraban.
Llegaba el momento de la despedida, de mirar atrás y desear que en el próximo año todo volviese a ser igual.
Maletas hechas, casa recogida, coche preparado, ale ¡nos vamos a Madrid!. Así se acababan los veranos para dar inicio a la rutina escolar.
Último vistazo al cartel que tacha el nombre del pueblo "Medina de Rioseco", segundos más tarde te giras para ver la iglesia de Santa María difuminándose a medida que te alejas...



Más que un sentimiento.


No hay comentarios:

Publicar un comentario