sábado, 27 de junio de 2015

El triunfo de hace 368 días.

El lunes 23 de junio del 2014 fue una noche de insomnio, de pensar que pasará y de si habrá merecido la pena el esfuerzo que hice durante los meses anteriores.
Recuerdo que esa noche era capaz de desear y a su vez de no querer algo, que contradicción más absurda. 
Me desperté el 24 a ver si estaban las notas en el sistema y si por un casual no estaba bloqueado como otras veces.
Cuando vi el resultado de ese esfuerzo doble que hice en su día, fui la persona más feliz, había aprobado la selectividad a pesar de habérmela preparado por mi cuenta ya que no tenía la ayuda física de ninguna persona. Bueno, en eso miento, mi "jefa" estuvo conmigo estudiando la geografía física de Europa en alemán, lo usábamos a modo de juego ella, el niño y yo. 
Esa era la prueba de que era capaz de hacer lo que me propusiera a pesar de confiar poco en mi. 
Cumplí la apuesta al haberla aprobado, cortarme el pelo lo más corto posible (dentro de unos límites).
A partir de ese día estuve pensando en lo que haría después, ya que yo la selectividad la hice para entrar en la universidad de Viena pero carecía aún del B1 de alemán y tenía que esperar un año para poder entrar. Varias ideas pasaron por mi cabeza, seguir en Viena y buscar trabajo, volver a España y entrar a la universidad o hacer algún grado superior. 
Hasta el último momento no decidí lo que iba a hacer, guiada por el corazón y no de lo que realmente pensaba me metí a hacer un grado superior de turismo. Lo que si tenía claro era que quería formarme en algo que no me supusiera permanecer un período largo en Madrid puesto que quería volver a salir de nuevo. Puesto que la universidad son mínimo 4 años que tienes que estar clavada en el lugar sin poder moverte a otro país, ya sea a estudiar unos meses o porque salga algo de trabajo interesante. 
La geografía, los idiomas, el deporte son los tres temas que me gustan y no sabía por cual rama tirar. Así que aconsejada por personas me metí en uno de turismo que engloba geografía e idiomas, entre otros.
Y ese fue mi gran triunfo y su posterior comida de cabeza por el qué hacer.

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