Seis meses y cada uno de ellos con nuevas oportunidades,
trenes que partían hacía su destino pero que la mayoría no estacionaban, coches
con prisas y personas sin palabras, chapurreos de idiomas por las calles
incluso en las terrazas.
Los dos primeros meses fueron de shorts y
espaldas, de esperanzas y desgracias, de disfrute y conocimientos pero ante
todo de un buen comienzo.
El tercero fue de
incertidumbre y desasosiego, de planes rotos al igual que los sueños, también
de amor y descubrimiento.
El cuarto fue de
finales y comienzos, de cuadros pintorescos al igual que las fotos colgando en
el techo, de nuevas amistades que se grabaron con fuego en el hierro.
El quinto y sexto
fueron de los más llenos : navidades, familia y muchos gestos. Acabó el año como
un reto y diría que para mí el año fue también demasiado completo. Bienvenidas
y despedidas con esperanzas consumidas. Lo mejor fue que regresé con compañía
aunque hubiera una vacante vacía. Sentí la soledad a finales del medio año y
pensé que la vela se apagaría por lo que cerré la ventana y entonces la llama
relucía.
Así fueron mis meses de idas y venidas, de tristeza y
alegrías, de sueños y metas cumplidas, de fracasos y caídas.
Caídas por las que me levanto con mucha más energía,
fracasos que acabaron en anécdotas y
tristezas que se fueron con las tormentas.
-María JGarcía
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